He tenido la oportunidad de escuchar y platicar con varios ancianos de 60, 70 y 80 años, con lagrimas en sus ojos, soledad en su corazón y desesperanza en su mirada. Las situaciones son diversas para cada uno, algunos hablan acerca de irrespeto que hay de sus hijos y no se diga nietos para con ellos, algunos ancianos han pasado a vivir en algún rincón de su propia casa, porque su hijo le dijo que en otro lado estorbaba, ancianos pidiendo limosna, porque los hijos le exigen que coopere con algo para la casa, he tenido en consulta ancianas violadas por sus propios hijos al llegar borrachos o drogados. Y así hay una lista interminable de situaciones, de historias, de vidas, y al final; los ancianos no le temen a la muerte, mas bien la esperan y muchos de ellos la desean.
Se que estos ancianos un día fueron jóvenes y algunos de ellos no muy buenos padres, unos se pasaron de buenos, otros de malos, como sea que haya sido el caso no creo ser yo quien me toque juzgarlos, cada quien hace lo que puede con lo que tiene, también se que la mayoría de los ancianos al pasar el tiempo se vuelven tercos, astutos, groseros e insoportables, tema del que mas adelante también estaré hablando, pero este tema es para hablar de la responsabilidad que nosotros como hijos y nietos tenemos para con los ancianos.
Hemos comprado la idea del culto a la juventud, a la prosperidad, al crecimiento al tener, y esto nos ha llevado a esconder el innegable paso del tiempo que irremisiblemente nos llevara a todos a la vejez. Es la sociedad en la que vivimos, en la que se persigue, el éxito, el placer, el estar bien, el ser feliz y se niega el dolor, el sufrimiento, la vejez y la muerte. Se nos olvida que el tiempo pasa, y pasa muy rápido.
Todos nos quejamos cuando alguien hace una injusticia con nosotros, cuando el jefe me carga la mano, cuando el hombre es autoritario para con su mujer e hijos, cuando se aplica la ley del mas fuerte, pero volteamos la mirada cuando somos nosotros quien aplicamos esta ley, y pasa muy seguido en familia, y muy muy a menudo con los ancianos.
La falta de valores en la sociedad es el reflejo de la decadencia familiar, la Biblia nos dice en Levítico; Delante de las canas te levantaras y el rostro del anciano honraras, este es un mandato, que habla acerca del respeto que debemos de tener hacia la gente anciana, valor que hoy en día muy pocos jóvenes conocen. En otra parte de las escrituras Dice Honra a tu padre y a tu madre Para que tus días sean buenos y vivas mas en esta tierra, es un mandamiento que al ejecutarlo Dios os promete bendición. Lo interesante de este texto es que no dice si tus padres son buenos padres, si tu consideras que ellos se lo merecen, si son buenos contigo, si te complacen, si son jóvenes; Solo dice Honra a tus padres esto es a pesar de quien son ellos, a pesar de sus fallas, de su condición, de su edad o de su conducta.
No quiero que me mal interpreten el anciano merece respeto, pero no obediencia ciega, ni servilismo, hay que aprender a poner todo en una balanza y no transgredir a mi propia persona o mis propios valores.
Ejemplo:
Caso Real.
Una anciana de ochentaytantos años le compra a su hija una torta de tamal y un atole para que desayune, entra a la casa y le dice, te compre una torta de tamal verde y un atolito, la hija le contesta mami ya sabe usted que no desayuno tanto y ademas sabe que no me gusta la torta de tamal. (Por cierto que días anteriores habían desayunado lo mismo por que a la anciana les gustaba mucho eso). Voltea la anciana y le contesta a su hija, pues ni modo, te lo tragas por que ya lo compre. La hija le contesta molesta, mama que le pasa si estaba usted bien?, no me voy a comer eso porque a mi no me gusta. Y hágame el favor de no comprarme eso otra vez. Y le voy a pedir de favor que no me vuelva ha hablar de esa manera.
Cuando uno trata con un anciano mas si es alguno de sus padres, o familiar es importante que la contestación sea firme, sin faltar al respeto a la dignidad de el anciano. Evitar peleas y gritos siempre sera lo mejor, pero hay que dejar muy claro cuales son mis limites sin perder el respeto por quien la otra persona es.
El reconocer que el anciano es una persona, nos debe ayudar a tratarlo como tal. con el respeto y la dignidad que merece. Pero también le pondré limites como a las demás personas se les pongo.
No se si realmente el tema les ayude a esclarecer sus dudas en cuanto a nuestras obligaciones respecto a los valores para con los ancianos, siéntanse en la confianza de dejar sus comentarios al respecto.
Con cariño
Deborah MHM.