MUJER DE ORACIÓN
Creo que como mujeres cristianas, uno de nuestros deseos
muchas veces es llevar una vida de oración constante o más profunda, pero por
alguna extraña razón muchas veces no lo logramos.
Razones o pretextos hay muchos. Si es que somos amas de
casa, las tareas son inagotables, si somos mujeres profesionistas o trabajamos
fuera de casa, nuestro tiempo se consume rápidamente, si vivimos en la combinación
de las anteriores el tiempo nunca nos alcanza.
A veces quisiéramos que el día tuviera más de 24 horas, pero
créeme de todas maneras el tiempo seria insuficiente, y es que orar no depende
del tiempo, si no de nuestro compromiso con Dios y nuestra capacidad de
administrar y priorizar.
En estas pequeñas lecciones te estaré dejando algunos tips y
estrategias para que si no llevas una vida de oración, la empieces, y si ya la
llevas, esta, pueda mejorar en calidad y profundidad.
A lo largo y ancho la biblia está llena de personajes
hombres y mujeres que decidieron llevar una vida de oración. Estoy segura que
al haber leído alguna de estos pasajes bíblicos tuviste el deseo de ser como
alguno de ellos, pero algo extraño pasa en ti. Esta el querer pero no el hacer.
Orar es una disciplina espiritual que necesitamos desarrollar. Dejar de lado
unos minutos u horas de sueño no siempre es agradable, apagar la televisión o
la computadora no es fácil y encontrar un tiempo y espacio de soledad para
estar con nuestro Señor se vuelve muchas veces casi imposible, más si hay niños
en casa o si vives en un lugar reducido en donde un cuarto cumple la función de ser sala-comer-cocina y dormitorio.
Para iniciar en este bello pero difícil camino de la oración
te dejo algunas recomendaciones que debes ir tomando en cuenta y preparando.
Analiza tus tiempos y propón en tu corazón una
parte del día que se te facilite para orar.
Has tus planes del día de tal manera que apartes
por lo menos 30 minutos para orar. (Esto representa un tiempo estimado para
cuando inicias una vida de oración, con el tiempo te darás cuenta que los
minutos e inclusive la hora pasa y deseas seguir orando).
Trata de estar sola, puede ser cuando tus niños se
hayan ido a la escuela, antes de que todos se despierten, o cuando todos se han
ido a dormir.
Has una pequeña lista de las cosas por las que
quieres orar. (Esto te ayudara a no divagar en la oración). Recuerda que no
todo es petición.
Al principio tal vez te quedes sin palabras muy pronto, para
eso es la lista! Y lo más probable es que te cueste trabajo, nuestra alma desea
estar en comunión con nuestro creador, pero nuestro cuerpo carnal se opone. Si
y será una lucha constante entre lo que nuestra alma y espíritu desea y lo que
nuestro carne quiere. Espero que te mantengas firme, la oración es un hábito
que como cristianas debemos tener formado en nuestra vida.
En las publicaciones siguientes estaré compartiendo con
ustedes acerca de los benéficos de la oración, como hacer un poco más de tiempo
para esta sublime causa, tips para administrar tu tiempo y más.
Con aprecio
Deborah MHM
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